A medida que la sociedad adopta cada vez más la transformación digital, un segmento creciente de la población —las personas mayores— a menudo queda rezagado. Navegar por la banca en línea, configurar teléfonos inteligentes o utilizar aplicaciones de videollamada puede resultar abrumador para muchos ancianos. Como respuesta, ha surgido un nuevo rol: el asistente en línea para personas mayores. Esta microprofesión está ganando popularidad en 2025, impulsada por una combinación de necesidad social e innovación freelance.
La inclusión digital de las personas mayores se ha convertido en una preocupación urgente en 2025. Con gobiernos, servicios de salud y bancos trasladando sus servicios a Internet, muchos mayores se ven en desventaja por la falta de formación, limitaciones físicas o temor a la tecnología. Los asistentes en línea ayudan a cerrar esta brecha, brindando apoyo remoto adaptado a las necesidades individuales, ya sea restableciendo contraseñas, reservando citas o guiándolos a través de una aplicación móvil.
Según el informe de accesibilidad digital de la Comisión Europea de 2024, solo el 43 % de las personas mayores de 65 años se sienten seguras usando Internet por sí mismas. Esto representa una gran oportunidad para profesionales empáticos y con conocimientos tecnológicos. Además, la interacción humana con un asistente amable ofrece también apoyo emocional.
La pandemia de COVID-19 aceleró la digitalización de los servicios, dejando a muchos mayores aún más rezagados. En 2025, esto sigue siendo un problema persistente, especialmente en zonas rurales. Los asistentes en línea pueden marcar una diferencia real ofreciendo ayuda continua y fomentando la autonomía digital.
Los asistentes digitales para mayores suelen centrarse en tareas tecnológicas esenciales. Estas incluyen la configuración de smartphones, la creación de cuentas de correo electrónico, la ayuda con videollamadas, la navegación en portales gubernamentales y el manejo de banca en línea, todo con gran paciencia y conciencia de seguridad.
Algunos también crean guías digitales simplificadas, resuelven problemas de conectividad o ayudan a evitar estafas. Su propósito es no solo ayudar sino educar y aumentar la confianza digital de los mayores para que puedan manejar estas herramientas por sí mismos.
Muchos también asisten en el uso de apps de salud o plataformas de telemedicina, que en 2025 son clave para el manejo de enfermedades crónicas. Su rol trasciende la comodidad: se trata de mejorar la calidad de vida con herramientas digitales.
Convertirse en asistente virtual para personas mayores no requiere certificación formal, pero sí una combinación de habilidades técnicas, empatía y buena comunicación. El camino más sencillo es crear un perfil freelance en plataformas como Fiverr, Upwork o PeoplePerHour. Asegúrese de destacar su paciencia, fiabilidad y experiencia con herramientas digitales.
Muchos comienzan encontrando sus primeros clientes por recomendación o con sesiones de prueba a bajo costo. La confianza es esencial, por lo que contar con testimonios y demostrar un código ético sólido puede ser más efectivo que la publicidad. Un portafolio de guías útiles también aumenta su credibilidad.
Otra opción eficaz es crear un sitio web sencillo con sus servicios y datos de contacto. Añadir una sección de preguntas frecuentes y testimonios de familiares aumenta la confianza. Una presentación en vídeo humaniza su perfil, algo que las personas mayores valoran mucho.
En 2025, las tarifas promedio oscilan entre 10 y 30 euros por hora, según la complejidad y los idiomas ofrecidos. La transparencia en los precios es clave, así como ofrecer paquetes —por ejemplo, una tarifa fija por una sesión básica de smartphone o suscripciones mensuales de asistencia continua.
Presentarse como «compañero digital» en vez de técnico ayuda a destacar. Muchos clientes no solo buscan resolver problemas, sino también alguien que escuche y los empodere. Una imagen tranquila y confiable es más efectiva que un enfoque técnico.
También conviene destacar su conocimiento en funciones de accesibilidad: aumento de texto, control por voz o interfaces simplificadas. Esto demuestra un enfoque personalizado, esencial para relaciones a largo plazo.
La asistencia remota suele realizarse por videollamada (Zoom, Skype), uso compartido de pantalla o apps de mensajería. En 2025, herramientas seguras como AnyDesk, TeamViewer y Chrome Remote Desktop son preferidas por su privacidad.
Elaborar guías visuales con Loom o Canva ayuda a reducir la confusión y ofrece materiales de consulta posteriores. Estas guías se pueden enviar por correo electrónico o imprimir para facilitar el acceso.
Apps como Calendly facilitan las reservas, y las facturas se pueden automatizar con herramientas como Wave o PayPal. Es importante mantener un trato cálido, usar lenguaje sencillo, dar seguimiento y reconocer los logros del cliente.
Para asegurar flujo constante de trabajo, muchos asistentes colaboran con centros comunitarios, redes de salud o bibliotecas. Ofrecer seminarios web gratuitos o asociarse con organizaciones de cuidados ayuda a aumentar la visibilidad.
Las reseñas en línea y el boca a boca son especialmente eficaces en este sector. Invite a familiares satisfechos a dejar valoraciones en su sitio o redes sociales. Esto refuerza la confianza y le posiciona como referente fiable.
Finalmente, siga formándose. A medida que la tecnología avanza, también cambian las necesidades de sus clientes. Mantenerse actualizado sobre herramientas accesibles, amenazas de seguridad o servicios digitales gubernamentales garantizará su relevancia como recurso valioso para los mayores.